El trading es simple.
Tus impulsos lo hacen complejo.
Las reglas son claras:
espera tu configuración, gestiona tu riesgo, sigue tu plan.
Pero en el momento en que estás en la operación,
todo cambia.
Tu respiración se acorta.
Empiezas a ver cosas que no están allí.
Una vela te hace cuestionar horas de preparación.
El plan no cambió—
TÚ lo hiciste.
No es el sistema el que es inconsistente.
Es la voz en tu cabeza suplicando por control,
deseando certeza, temiendo el arrepentimiento.
La complejidad no está en el gráfico.
Está en tu reacción al gráfico.
Está en tu impulso de arreglar, de perseguir,
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