Lo que es tuyo, tómalo bien y no lo pierdas.
No debería ser tuyo, ni lo pienses.
En los momentos de desesperación, pienso en la primera frase: agarra todo lo que puedas, debería ser mío, ¡todo debe ser bien guardado!
Cuando haya más capital, hay que aprender a estar satisfecho. Después de dar lo mejor de uno mismo, si aún no se obtiene, es porque originalmente no nos pertenece.
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