La noche es oscura como la tinta, las luces de neón parpadean, y el bullicio de la ciudad fluye bajo nuestros pies. En este momento, el paisaje más conmovedor no son las deslumbrantes luces, sino la ternura reflejada en tus ojos. Estamos de pie uno al lado del otro, la brisa de la tarde acaricia suavemente, incluso la luz de las estrellas parece desvanecerse. En realidad, el paisaje nocturno más hermoso nunca ha sido un paisaje solitario, sino cada momento acompañado de ti.
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La noche es oscura como la tinta, las luces de neón parpadean, y el bullicio de la ciudad fluye bajo nuestros pies. En este momento, el paisaje más conmovedor no son las deslumbrantes luces, sino la ternura reflejada en tus ojos. Estamos de pie uno al lado del otro, la brisa de la tarde acaricia suavemente, incluso la luz de las estrellas parece desvanecerse. En realidad, el paisaje nocturno más hermoso nunca ha sido un paisaje solitario, sino cada momento acompañado de ti.