Imagen: https://www.congress.gov/bill/119th-congress/senate-bill/394/text
El 18 de julio de 2025, el presidente de Estados Unidos firmó la Ley para la Orientación y el Establecimiento de la Innovación Nacional en Stablecoins de Estados Unidos (conocida como Genius Stablecoin Bill). Esta normativa pionera representa el primer hito regulatorio sobre activos digitales en Estados Unidos. El senador Hagerty y otros legisladores presentaron la proposición el 4 de febrero de 2025 y, tras amplios debates en ambas cámaras, el Congreso la aprobó con exigencias más estrictas de cumplimiento y supervisión. La Genius Stablecoin Bill establece un marco regulador integral para el creciente mercado de stablecoins, orientado a equilibrar la innovación y el control del riesgo.
La Genius Stablecoin Bill eleva el nivel de exigencia para los emisores de stablecoins, lo que previsiblemente impulsará la concentración del sector. Al mismo tiempo, otorga a las entidades que cumplan los requisitos un estatus legal definido y un itinerario normativo claro, abriendo oportunidades relevantes de expansión en el mercado estadounidense. Es probable que las instituciones autorizadas recurran a bonos del Tesoro de Estados Unidos y otros activos de bajo riesgo para fortalecer la gestión de activos y favorecer el desarrollo de productos innovadores.
Para inversores y consumidores, la nueva normativa garantiza un respaldo de valor más fiable y una mayor protección en los pagos y liquidaciones de stablecoins bajo la Genius Stablecoin Bill, reduciendo los riesgos previamente causados por reservas opacas o falta de respaldo suficiente. Las auditorías periódicas y las medidas de transparencia informativa proporcionan mayor seguridad al inversor y refuerzan la confianza pública en el ecosistema.
De cara al futuro, la Genius Stablecoin Bill fomentará un crecimiento sólido y regulado del mercado estadounidense de stablecoins. Sin embargo, el sector deberá afrontar importantes retos, como encontrar el equilibrio adecuado entre exigencias regulatorias y costes de cumplimiento, además de responder a la coordinación internacional y a la rápida evolución tecnológica.